Hola! ¿Cómo estáis? yo hoy me he tomado un descanso después del día de ayer, como much@s sabréis, ayer Andrés y yo celebramos nuestra cena de pedida junto a nuestros padres.
Sé que en la época en que vivimos esto ya no se lleva tanto, pues la cena o comida de pedida de hace muchos años consistía en una visita del novio con sus padres a casa de los padres de la novia para pedir la mano de su hija y todos se quedaban a comer o a cenar. Con el paso de los años, esta tradición se fue dejando un poco y ahora no se celebra tanto. Pero, como ya expliqué muchas veces, yo en este tema soy bastante tradicional y me gusta que todo se haga a la antigua usanza aunque combinándolo con los tiempos que corren.
Es decir nuestros padres ya se conocen desde que Andrés y yo empezamos a ser novios, pero ayer organizamos una cena más íntima para celebrar nuestra decisión de casarnos junto a nuestros padres.
La cena la celebramos en Casa Conrado, un clásico restaurante abierto en Oviedo desde el año 1975:
Creo que después de varios post en mi blog ya os puedo presentar a mi prometido Andrés, a mis padres y a mis futuros suegros. Esta foto es de ayer en el restaurante antes de sentarnos a cenar:
Tengo que decir que cenamos muy bien. Casa Conrado es un restaurante de toda la vida que ofrece calidad y cantidad, un restaurante asturiano que conserva su cocina tradicional y el buen hacer en sus platos. Como plato de bienvenida nos dieron una especie de sorbete de sopa de marisco que estaba muy buena, después nos decidimos con unas tapas de jamón ibérico, croquetas de jamón y pulpo a la gallega, pedimos un plato cada uno entre los que había bacalao, rabo de toro, solomillo de buey y rodaballo y como postres frisuelo crujiente y cooulant de chocolate. Para terminar brindamos con unas copas de champán y para culminar la velada perfecta nos entregamos los regalos.
En las pedidas tradicionales la novia le regala al novio un reloj y el novio a la novia una pulsera. Yo en este caso me desvié de la tradición y opté por otro regalo, que estaba convencida que a Andrés le haría más ilusión. Reconozco que empecé mirando en varias joyerías los modelos de reloj que le gustan a él, hasta que, como muchos ya sabréis, Andrés tocó en la Coruña con el grupo Maná. No me quiero ir por las ramas, pero tengo que explicarlo brevemente:
durante los ensayos del concierto, el técnico de sonido del grupo, le rompió a Andrés la clavija de la guitarra con la que él iba a tocar y como faltaba muy poco tiempo para salir al esceneraio, el técnico le dejó una guitarra de Sergio Vallín, el guitarrista preferido de Andrés con el que él compartió escenario. Pues bien, esa guitarra es una edición limitada llamada:
FENDER SIGNATURE SERGIO VALLIN
Después de tocar con ella, Andrés estaba muy emocionado y le había encantado la guitarra, por lo que yo decidí buscarla (ya que hay pocas en el mundo) y la encontré en la tienda oficial de Fender en Europa que está en Alemania. La tienda se llama Thomann.
Por su parte Andrés si que fue más tradicional y me regaló una pulsera preciosa de oro blanco con brillantes y amatistas de la joyería Rocamar en Luanco.
Os dejo la foto para que podáis ver la cara de Andrés, estaba realmente emocionado y sorprendido, lo que a mí me hizo sentir la mujer más feliz del mundo:
Por cierto, tengo una anécdota que contar de la cena: cuando llegamos, dio la casualidad de que en la zona del bar jugando una partida de cartas estaba sentado el cura que nos va a casar!! Don José Franco, estaba allí, le saludamos y al acabar la cena vino a participar de la sobremesa con nosotros. Nos contó historias muy divertidas y nos dio muchos consejos. Fue un placer que Don José estuviera allí para conocer a nuestros padres.
La cena de nuestra pedida fue todo un éxito y, desde aquí, quiero darle las gracias al restaurante, a mis suegros pero, sobretodo, a mis padres por toda su ayuda y su apoyo incondicional.
Espero que os haya gustado mi entrada de hoy, que me sigáis leyendo, que cada día tengo más seguidores y me hace muy feliz.
8 MESES
